William Cameros #CambiemosloIMposible

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Historia de la Fotografía en las Tradiciones de Guatemala

 La fotografía y la oleografía

La penetración de la fotografía de las esculturas de Pasión alcanzó una nueva dimensión con el desarrollo de la llamadas oleografías, impresiones ampliadas de las fotografías que presentaban la novedad del color. (Ilustración 75) Una de las más antiguas localizadas, fue la de la Virgen de los Dolores del Calvario de La Antigua Guatemala, que contaba al pie de la misma con una tarjeta de autorización de impresión que incluye la numeración del impreso y que textualmente dice: “VENERADA IMAGEN DE LA VIRGEN DE LOS DOLORES DEL CALVARIO DE ANTIGUA G. Se imprime esta oleografía de la venerada imagen de Ntra. Señora de los Dolores del Calvario de Antigua G. con licencia de la autoridad Ecca. P.A. Guatemala 19 de Agosto de 1931. J. Luis Montenegro y Flores Canónigo Secretario. Reg. L. f. 58.N °.1455.”90 (Ilustración 71) 

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Ilustración N ° 71.

 

Impreso L. TURGIS París Edit Prévost Despalangues & Tardif del retablo del Señor Sepultado de la iglesia de San Felipe, población de las afueras de La Antigua Guatemala. (Impreso  obsequiado por el artista Luis Alberto de León en 1992, al autor de este escrito.).

 

Este tipo de rotulado podemos familiarizarlo con las antiguas cartelas de los retratos de aparato de la época de la dominación española, ya que aparte de identificar la imagen, le da un sentido de abolengo a la reproducción, que se completa con la rúbrica del canónigo secretario Luis Montenegro y Flores que da su bendición a la misma, lo que tiene un trasfondo de reproducción del sentido milagroso de la imagen. Nuestro país en aquel momento, no estaba en capacidad de producir este tipo de materiales, lo que se confirma al leer el pie de la reproducción: “Made in Switzerland.”

La utilización de la reproducción fotográfica de las esculturas de Pasión a gran escala en Guatemala y el extranjero fue fundamental para su conocimiento y difusión, punto básico de arranque para lograr el posicionamiento de las imágenes en el ideario nacional y lograr, como consecuencia de esta unidad, mayor participación de público en los distintos actos religiosos de la Iglesia católica y en las procesiones.

En la medida que el culto floreció con apoyo de la fotografía, las procesiones se vieron colmadas de más fieles para las imágenes, abarcando jerárquicamente de los cantones a los barrios, las ciudades, la nación en general y resto del mundo donde ha llegado esta nueva forma de reproducción del arte en el Siglo XX.

La crónica ilustrada con fotografías

Un brillante antecedente de lo que sería la crónica ilustrada de la Semana Santa con fotografías en Guatemala, lo constituyó el discurso escrito por Víctor Miguel Díaz en el diario El Imparcial en la Semana Santa del año 1929.91 En una disertación elegante, metafórica y cargada de datos que fusionaban la realidad y la fantasía, envolvió a sus lectores y público en general en una Historia idílica de nuestras imágenes y sus procesiones, que sirvió de oportuno testimonio para iniciar una campaña de posicionamiento económico de las esculturas de Pasión y sus procesiones frente a un mercado creciente de devotos de dichas efigies, en donde era fundamental la propaganda para atraer público a las procesiones de Cuaresma y Semana Santa, para lograr patrocinadores y devotos para cada evento religioso. Las procesiones pasaron a comercializarse, sin proponérselo necesariamente, ya que diferentes grupos económicos y sociales comenzaron a beneficiarse de ellas sin darles mayores aportes.

En este marco, la industria hotelera comenzó a incluir las procesiones como atracción turística, sin costo alguno para ellos, cuyo precedente ya hemos citado en la obra La Romántica Ciudad Colonial de Víctor Miguel Díaz. El comercio informal comenzó a seguir los recorridos beneficiándose con sus ventas, el gobierno central y municipal pasó a obtener de las procesiones una diversión gratuita para el pueblo, sin prestar mayor colaboración, como no sea la limpieza de la ciudad después del paso de las mismas o dar los permisos correspondientes para ocupar las calles los días que se llevan a cabo; así podríamos ir exponiendo distintos beneficios que comenzaron a obtener diferentes grupos e industrias, sin dar ningún aporte sustancial a las mismas, que en los tiempos modernos llegan a ser tan sutiles como el no pago por transmisiones de televisión y radio, entre otras, o la utilización de la fotografía industrial en camisetas y otras mercancías.

Entendiendo estas circunstancias podemos comprender una creciente preocupación por el principal diario comercial del país, en aquella época, por cubrir de la mejor forma las Procesiones de Pasión que habrían iniciado cambios radicales de expresión en la tercera década del Siglo XX, cuando alcanzaban una madurez como eventos religiosos que las incorporaba a un nuevo sistema de vida económico.

Así desde el inicio de la década de 1930 encontramos regularmente a la crónica ilustrada, como una nueva fuente para el estudio de las Procesiones de Pasión en Guatemala, que nos permite seguir anualmente su evolución y en donde podemos contrastar la versión escrita con la gráfica y obtener nuestro propio punto de vista.

El diario que llevó la batuta en aquellos tiempos, El Imparcial, dejaba de circular el Miércoles Santo para dar lugar al feriado de temporada. El Lunes de Pascua, ponía al día a sus lectores en relación de estas conmemoraciones, que ilustraba con fotografías, ahora históricas porque algunas procesiones cambiaron severamente en su organización y apariencia mientras otras dejaron de salir. (Ilustración 77)

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Ilustración N ° 77. 

 

“Cristo Yacente del pueblo de San Felipe, a inmediaciones de la Antigua Guatemala,” con el crédito fotográfico “(CORTESÍA DE LA CASA BIENER Y CIA.) (FOTOTGRABADO DE LA TIP. NACIONAL).” La iglesia, el altar mayor y la urna de estilo neogótico fueron estrenadas en 1923, para dar mayor realce a escultura del Señor Sepultado elaborada en el siglo, presentando algunas reminiscencias góticas. (Víctor Miguel Díaz. Las Bellas Artes en Guatemala. Tipografía Nacional. Guatemala. 1943. p. 228.).

 

 

Sin embargo, al revisar el texto “SOLEMNES FIESTAS CATÓLICAS DURANTE LA SEMANA MAYOR” que acompaña el encabezado periodístico, es fácilmente perceptible que no fue hecho por un especialista en temas culturales, ya que al contrastarlo con el del año anterior firmado por Víctor Miguel Díaz, se percibe una simple descripción de los actos litúrgicos y procesiones acompañados de fotografías, forma de exposición de la crónica periodística de Semana Santa que se sostiene hasta nuestros días.

En la Cuaresma y Semana Santa de 1935 aparecen en el mismo diario dos nuevas variantes de las primeras crónicas ilustradas de la Semana Santa. La primera compuesta por artículos periodísticos de expectación ilustrados con fotografías de las imágenes que saldrían los días subsiguientes y la segunda integrada por una crónica de cobertura ampliada de las procesiones citadinas a algunas departamentales, completada por noticias escritas del desarrollo de los principales eventos religiosos de otras metrópolis del mundo donde se efectúan ceremonias relacionadas con las procesiones como Madrid, El Vaticano y Jerusalén. (Ilustraciones 78, 79, 79 A.) 

 

 

 

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Ilustración N ° 78.

 

Reproducción parcial de unas planas del diario El Imparcial del Miércoles Santo 17 de Abril de 1935 con fotografías y artículos que creaban expectación respecto del desarrollo de las procesiones de los días subsiguientes. 

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Ilustraciones N ° 79 y 79 A. 

 Reproducción parcial de unas planas del diario El Imparcial del Viernes Santo 19 de abril de 1935 que presenta la crónica ilustrada de las procesiones de Jesús Nazareno y el Señor Sepultado en la Nueva Guatemala. En la del Lunes de Pascua 22 de Abril de 1935 se aprecian fotografías y artículos que reportan las procesiones en la capital y en la distante ciudad de Cobán, reportaje enriquecido con noticias del desarrollo de las conmemoraciones en otras ciudades del mundo como Madrid, el Vaticano y Jerusalén. Nótese que el encabezado principal afirma: HITLER CONTESTA CON UN RETO A LAS POTENCIAS. La revisión parcial de la hoja nos permite conectar el desarrollo de las procesiones con otros acontecimientos del resto del mundo.

 

Los tres tipos de crónicas combinadas con fotografías se fueron afinando conforme avanzó el siglo y han sido reevaluadas hasta este momento como fuente para la historia de las Procesiones de Pasión.

La fotografía como evidencia histórica

Hojeando un viejo álbum familiar de fotografías encontré una invitación a un banquete dedicado con motivo de las Bodas Argentinas Sacerdotales del presbítero J. M. de la C. Granados, celebradas en la iglesia del Señor San José el 14 de Julio de 1932. El examen de dicho documento nos remonta a un acontecimiento importante de un barrio, del cual podemos extraer, desde la fotografía del cura, pasando el menú que se degustó en dicho acontecimiento, hasta la música que escucharon o probablemente bailaron los asistentes.92 (Ilustración 80)

En otra hoja del viejo álbum hay una fotografía dedicada por el niño Guillermo Dacaret al mencionado presbítero el 19 de marzo de 1939, el día de su primera comunión, en donde figura dicho infante abrazado por una imagen del Sagrado Corazón de Jesús. (Ilustración 81)

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Ilustración N ° 81.

 

Fotografía del Sagrado Corazón de Jesús abrazando el niño Guillermo Dacaret dedicada al presbítero José María de la Coronación. Granados. El 19 de marzo de 1939. (Álbum familia Urquizú.).

 

 

Dichas evidencias materiales fueron inmediatamente asociadas a una publicación titulada Reseña Histórica de las imágenes procesionales de la ciudad de Guatemala del historiador Miguel Álvarez Arévalo, en donde se menciona un breve Historial de Jesús de las Palmas, que afirma, refiriéndose a la procesión e imagen de dicha advocación:

Antes la procesión se llevaba a cabo con otras imágenes. Fue en 1949 cuando el encargado de dicha actividad, don Ramiro Araujo Arroyo, efectuó el cambio con la bella escultura que se conoce actualmente y es obra de Raymundo Vielman y encarnada por Manuel Barillas Castilla, realizada a fines del siglo pasado.

Originalmente esta escultura fue concebida para representar al Sagrado Corazón de Jesús; de ahí su parecido con la imagen de esta advocación que se venera en el Calvario, que es obra del mismo maestro.

La imagen la encargó el padre Mariano de la Coronación Granados, al fallecer éste y como pago de una deuda, la imagen pasó a poder del padre Celso Narciso Teletor, de quien la obtuvo el señor Araujo mediante compra y la adaptó para el Señor de las Palmas. Esta imagen es muy conmovedora especialmente en la dulzura de su expresión. La borriquita es de Francisco Masaya, artista guatemalteco.93 (Ilustración81)

Esta versión acerca del origen y transformación de la actual escultura de Jesús de las Palmas recogida por Álvarez Arévalo del famoso altarero Ramiro Araujo, no pudo verificarse en documentos escritos pero la reproducción mecánica de la imagen permitió la conservación de las fotografías del presbítero Granados y de la escultura mencionada cuando representaba al Sagrado Corazón de Jesús, constituyéndose en pruebas directas de las afirmaciones expuestas en los párrafos anteriores acerca de la historiografía de la mencionada escultura. (Ilustraciones 82 y 82 A) 

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Ilustraciones N ° 82 y 82 A.

 

Fotografías de Jesús de las Palmas antes Sagrado Corazón de Jesús, según podemos apreciar en la ilustración N ° 81. (Fotografía William Cameros.).

 

La reproducción mecánica de las imagen y el uso de la impresión de la palabra escrita también pueden servir como elementos de prueba en la historiografía, para ampliar la información de un tema, en un caso específico, pueden agregarse la información vertida en las crónicas ilustradas de Semana Santa citadas anteriormente. En una fotografía que ilustra la crónica del Domingo de Ramos de 1941,94 advertimos cambios importantes en las procesiones, como el paso de Jesús del Las Palmas bajo el recién estrenado arco del Palacio de Correos, que curiosamente presentaba cinco ventanas de dicho edificio, mismas que la voz popular decía que era la firma de Jorge Ubico que a la vez correspondía a otras coincidencias como que su nombre y apellido estaban constituidos por cinco letras, o bien, al número cinco sobre un triángulo símbolo del partido político Liberal Progresista que lo había llevado al poder.

Por otra parte, la marcha triunfal más popular de la época era la ahora marcha oficial de la procesión de Jesús de las Palmas: La Marcha El Número 5, dedicada por el maestro Pedro Tánchez al general Jorge Ubico. La procesión para aquel año no contaba aún con la imagen que ahora es el centro de dicha manifestación de fe, ni con las efigies de los doce apóstoles que preceden su paso triunfal por las calles de la Nueva Guatemala de la Asunción en la mañana de cada Domingo de Ramos, situación que se puede probar, al ampliar con los métodos adecuados modernos la fotografía de la portada. (Ilustración 83) 

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Ilustración N ° 83. 

 

Detalle de la Portada del diario El Imparcial que muestra el paso de la procesión del Señor de las Palmas bajo el recién inaugurado Palacio de Correos de la capital. (El Imparcial. Año XIX. N ° 6531. Guatemala, 1 de abril de 1941. p. 1.).

 

El análisis y comprensión de una fotografía nuevamente nos permite inferir desde el olor del incienso de una mañana citadina, pasando por la alegría de la concurrencia hasta escuchar la música implícita que sirvió de fondo en la escena sugerida por las cinco ventanas del Palacio de Correos, La Marcha del Número 5, ahora pieza musical oficial de la procesión de Jesús de las Palmas, elementos que concatenados nos permiten ampliar el conocimiento y evolución de dicha procesión, que antes abría el ciclo de procesiones de Pasión en Guatemala. (Ilustración 84)

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Ilustración N ° 84.

Facsímil de la línea musical de La marcha del número 5. del maestro Pedro Tánchez dedicada al General Jorge Ubico y que ha perdurado en el ideario nacional como oficial de la procesión de Jesús de las Palmas.

 

 

La muerte de un devoto de las procesiones, Arturo Rodríguez, llevó a su viuda a depositar en mis manos los objetos sagrados de su difunto marido para que sirvieran a otra generación debido a que no procrearon hijos. Entre estos materiales se extrajo una fotografía importante para el tema que ahora nos ocupa del Señor Sepultado del templo de San Felipe de Jesús, quien presenta en una fotografía dedicada por el señor Rodríguez a su esposa Emilia, el mismo resplandor que luce El Sagrado Corazón de Jesús que figura en la fotografía de 1932.95 (Ilustración 85)

Para conocer más acerca de esta joya, localicé al famoso altarero tradicional maestro José Belgara, quien, sin haberle mostrado dicha fotografía, me relató que “el resplandor que luce la imagen de la fotografía de 1932 fue comprado por don Lino Araujo para el Señor Sepultado de San Felipe.”96 Una vez más la reproducción mecánica de la imagen por medio de la fotografía constituye una evidencia última para probar la veracidad de versiones de la tradición oral, que algunas veces se presenta de otra manera como el caso referido anteriormente del origen del Señor Sepultado de Santo Domingo.

La fotografía al alcance de nuevos aficionados

En la década de los años treinta hubo considerables aportes en el desempeño y maniobrabilidad de las cámaras fotográficas y el desarrollo de los rollos de las mismas, que las pusieron más cerca de los aficionados que no tenían mayores conocimientos acerca de la fotografía en general. Esto provocó el auge de fotografías tomadas por aficionados, ahora anónimos, que revelan el paso de las procesiones por las calles de ciudades y pueblos, tomadas por devotos de la época con el fin de ilustrar álbumes familiares, en donde la participación en las procesiones era parte de la convivencia y una tradición que ahora se podía tomar con mayores ventajas y facilidades. (Ilustración 86) 

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Ilustración N ° 86.

 

Fotografía de la procesión de Jesús Nazareno de Candelaria en la década de 1930, captada frente a la antigua casa de la Avenida de La Candelaria N ° 5. (Fotografía C D. Semana Santa en el valle de la Ermita. Gork Producciones, Guatemala, 2006.).

 

 El tipo de cámaras fotográficas que tenían estos primeros aficionados para captar el paso de las procesiones podemos deducirlo de la copiosa propaganda en el diario de mayor circulación de la época: El Imparcial, de sus páginas tomamos un anuncio que sugiere a los vacacionistas de la Semana Santa, no salir sin: “olvidar y proveerse de su” cámara fotográfica y respectiva película “para guardar gratos recuerdos de sus días de placer,” de venta en “ADOLFO BIENER & CO.”97 (Ilustración 87) 

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Ilustración N ° 87.

 

Anuncio del almacén especializado en artículos fotográficos de Adolfo Biener & Co. hace visible la cámara y la película para aficionados a la fotografía. (El Imparcial. Año VIII. N ° 3149. Guatemala, 14 de abril de 1930. p. 8.)

 

El anuncio nos acerca al manejo de una cámara no muy cómoda aunque liviana, portátil y práctica de maniobrar por un neófito. Por otra parte es muy importante atender que el manejo de la película ya no lo trataba directamente en su revelado el fotógrafo aficionado, el cual, debería de regresar a la agencia proveedora para este proceso que se realizaba en 6 horas, prácticamente el mismo día de entrega, lo que facilitaba aún más la fotografía, circunstancia que nos explica la proliferación de fotos de las procesiones a partir de esta década.

En cuanto a los modelos de cámaras fotográficas al alcance del público, destacan en las campañas propagandísticas dos: La Brownie y La Kodak Six-20,98 (Ilustraciones 88 y 89) ambas producidas a gran escala por Eastman Kodak Company, Rochester, N. Y. E.U.A., compañía que invitaba al público a adquirirlas directamente de sus distribuidores, que a la vez se encargaban del revelado de los rollos. En cuanto a los precios de estos aparatos debieron ser bastante accesibles, porque conforme avanzó la década abundaron las fotografías que comenzaban a buscar nuevos focos de atención en las procesiones guiadas por agudos conocedores del medio. Los nuevos fotógrafos de ocasión ofrecían sus servicios para hacer tomas de momentos cumbres en el desarrollo de las procesiones, como era su paso frente a determinados edificios y casas o bien para tomar el primer momento en que se llevaba en hombros la escultura de su devoción.

La fotografía es cosa de niños

En utilización de frases publicitarias como: La fotografía es cosa de niños, puestas en sugerentes letreros junto a ilustraciones que proponían el uso de cámaras fotográficas de diferentes modelos maniobradas por infantes, que hacían gala del manejo de las mismas como juego, estaban destinadas a romper el mito de lo difícil que era la incorporación de los adultos y ancianos al uso de los nuevos inventos.

En la década de los cuarenta, los modelos de cámaras fotográficas más aceptados por el público, seguían siendo los citados en el enunciado anterior de Kodak pero debidamente mejorados como se hace evidente en la ilustración 90. 

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Ilustración N ° 90.

Anuncio de cámaras Kodak ofreciendo los modelos Brownie Especial Six-20 y Baby Brownie. Una de las cuales es manipulada por un niño. (El Imparcial. Año XIX. N ° 6905. Guatemala, 7 de marzo de 1941. p. 7.).

 

La Brownie especial Six-20 que tomaba fotos de 6 x 9 cm. y la Baby Brownie que tomaba fotos de 4 x 6.5 cm. seguían siendo las favoritas del público, hasta la llegada de la Kodak 35 con telémetro acoplado, que aseguraba foco exacto y otras características que hacían más precisas las fotografías, a la vez más cómodo el manejo de la cámara por ser más pequeña.99 (Ilustración 91) 

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Ilustración N ° 91.

 

 Anuncio de cámaras Kodak ofreciendo La nueva Kodak 35 con telémetro acoplado y otras características especiales que hacían la fotografía más exacta y fácil a los aficionados. (El Imparcial. Año XIX. N ° 6917. Guatemala, 21 de marzo de 1941. p. 2.). 


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